el día amanece siempre débil
lo
debilitan las sombras
la
negra oscuridad
que lo devora
luego
vuelve a nacer
se estira
despacio y abre
todo brazo
y piernas
todavía sin
ojos por los picos de los pájaros
alborota todavía
sin ver
hacer la
luz lleva su tiempo
consume tanto
hay días de
derrota
la luz se
queda sin tejer
entre las
sombras
nubes
engendran brumas
azules
trasvasan grises casi negros
solo, ese
árbol
en la maraña
de cueva
como selva
de lo
profundo de la luz caída
saca pecho
de soles en hojas amarillas
el corazón
se esponja y late
un atisbo
de luz se hace posible
estremece las hojas
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